miércoles, 30 de enero de 2008

5. Luz de sueño

I
No hay peor luz para un sueño
que la del monitor encendido.


II
No apagó el monitor
y todo su sueño se había llenado de esa luz.

III
Lo enceguecía la luz del monitor
Y no pudo ver el rostro de quien le hablaba en el sueño.

IV
El monitor había quedado encendido y lo cegaba
en medio de la calle solitaria del sueño.

5 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Alba: asunto y forma textual interesantes,

esa luz artificial
ese mundo virtual
y ese vigoroso versar
en pro de lo humano
calan en sus cuatro
bellos dardos.

Buen lunes

Viktor

Alba Vera Figueroa dijo...

Muchas gracias, Viktor, por tu lectura y tu aliento. Me alegran tus palabras ocupadas en la poesía y en el acercamiento entre quienes persistimos. El combate será siempre el mismo: rodear, cada vez, un poco más el significante.
Un abrazo. Alba

Anónimo dijo...

El sueño contrapuesto a la realidad, la esperanza que florece en jardines tan inesperados como la luz artificial de un mundo dentro del mundo. Es la noche y los soles virtuales que giran en su paisaje de párpados cerrados, el continente de los solitarios por naturaleza, todo lo que acompaña las ilusiones e insomnios de la voz poética.

Los versos están dibujados con el traje de los "cuentos posibles", esos que hablaban de lo imposible e inconcluso, introduciendo elementos formales y teóricos en sus imágenes que bailan entre la narrativa y la poesía.

Desde el principio hay una antítesis entre sueño (espiritualidad) y monitor (material). Allí se insinúan dos personajes (o tal vez la dualidad, la parte que sueña e intenta no abrazar el abismo de lo "real") y dos mundos distintos, uno que quiere hacer llegar un mensaje, busca atención y decirle algo al otro que está sumergido en una dimensión distinta, virtual.

La nostálgica dulzura de un corazón nocturno.

Espejismo dijo...

El sueño contrapuesto a la realidad, la esperanza que florece en jardines tan inesperados como la luz artificial de un mundo dentro del mundo. Es la noche y los soles virtuales que giran en su paisaje de párpados cerrados, el continente de los solitarios por naturaleza, todo lo que acompaña las ilusiones e insomnios de la voz poética.

Los versos están dibujados con el traje de los "cuentos posibles", esos que hablaban de lo imposible e inconcluso, introduciendo elementos formales y teóricos en sus imágenes que bailan entre la narrativa y la poesía.

Pienso que a pesar de seguir la estructura de cuento de la serie de poemas, podría nutrirse más de metáforas. Incluso la palabra monitor no me parece que tenga la suficiente carga poética para reiterarla, o al menos no tanto como para usarla varias veces.
Tal vez podría reemplazarse por "pantalla" en la segunda estrofa.

Monitor marca ese contraste entre lo real y lo ilusorio, pero para que ese contraste brille más se podrían trabajar los versos explicativos. Quizá debería jugarse más en lo que respecta al lenguaje.

Desde el principio hay una antítesis entre sueño (espiritualidad) y monitor (material). En este poema-relato se insinúan dos personajes (o tal vez la dualidad, la parte que sueña que intenta no abrazar el abismo de lo real) y dos mundos distintos, uno que quiere hacer llegar un mensaje, busca atención y decirle algo al otro que está sumergido en una dimensión distinta, virtual.

La nostálgica dulzura de un corazón nocturno.

Alba Vera Figueroa dijo...

Querido Daniel, (Espejismo): agradezco tu lectura y relectura del poema; el interés por desentrañar y devolver lo que esta voz intenta entresacando hebras que relacionen la artificialidad de lo real (o abismo de lo real, como lo decís tan ajustadamente) y el sueño, siempre pendiente, inacabado.

Son cuatro miradas sobre ese encuentro que, al ser leídas desde otra voz poética, adquieren el valor de la unidad y es entonces que la repetición de "monitor" molesta, pero sentí necesario -en esos cuatro modos autónomos- de transmitir al lector igual molestia a la del propio soñante. Esa presencia del cuerpo extraño, de lo artificial como objeto no familiar, siniestro, en la interioridad del sueño. Coincido con vos en que el trabajo de lenguaje, metáfora y sustitución agregaría belleza al conjunto. Me debato entre la transmisión agresiva, -“monitor” palabra dura, cuadrada, sin belleza poética, interferencia de lo real, en representación de la muerte como irrupción- y la creación de belleza –sublimación del hecho atroz. Ahí estoy, querido Daniel, en esa encrucijada. Tal vez con el tiempo esta voz pueda sustituir esa palabra tan dura. Un abrazo agradecido. Alba