Cuatro capítulos para un cuento
I
¿Cómo se llamará la historia que escribiré mañana,
en la que vos serías el protagonista?
II
¿Escribiré una historia sobre esta noche después que
alguien me dijo: ya no lo esperes?
III
¿Cómo se habría llamado la historia, escrita mañana,
si vos hubieras venido esta noche a ser el protagonista?
IV
Escribo una historia que lleva tu nombre
aunque no hayas venido…y yo aún te espere.
Tres cuentos posibles y uno verdadero
I
Esta noche surgirá una historia de la que sólo me faltará el nombre.
II
Cuando desconectó supo que de la historia sólo tenía la voz ajena que le había dicho ya no lo esperes.
III
De todos modos me faltaría el nombre para esta ausencia.
Una poética personal
frente al espejo
Cuando una llamada te deja
sin historia, todavía te quedan:
I
El temblor de tu labio,
que no veías,
cuando el sonido
cubrió tu imagen
frente al espejo.
II
La voz desconocida
que repetía:
¡será imposible!
¡será imposible!
¡ya no lo esperes!
III
El sonido ahuecado
del auricular
deforme, sin luz,
sordo, sin voz.
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